Democracy, Authoritarianism, and COVID-19 Pandemic Management: The Case of SARS-CoV-2 Testing
A strand of political economy literature expects democratic governments to be more effective than their authoritarian peers in the management of catastrophic situations (famines, pandemics). The ongoing COVID 19 pandemic offers an interesting setting to test this expectation, in particular to explore whether democracies are more preventive and therefore massify SARS-CoV-2 testing. Analyzing data from 85 countries, the more democratic a country is, not necessarily the more tests it runs. The relationship is rather curvilinear, best described by a U, with low and high levels of democracy associated with the massification of testing, and medium levels associated with low testing. Besides testing democracies and non-testing authoritarianisms, there are testing authoritarianisms —basically rentier states— and non-testing democracies; anocracies tend to be non-testing. The variance in testing seems to be also partially explained by GDP per capita and government effectiveness, but surprisingly unrelated to the length of the pandemic in a country.
Una rama dentro del estudio de la economía política asegura que los gobiernos democráticos son más efectivos que sus contrapartes autoritarias en el manejo en situaciones catastróficas (hambrunas, pandemias). La situación actual de la crisis sanitaria de COVID 19 provee un interesante escenario para poner a prueba esta expectativa, en particular para explorar si las democracias son más preventivas y por lo tanto hacen pruebas de SARS-CoV-2 con más frecuencia. Analizando los datos de 85 países, mientras más democrático sea el país, no necesariamente significa más pruebas realizadas. La relación es más bien curvilínea, mejor representado por una U, con bajos y altos niveles de democracia asociados a la realización de pruebas en masa, y niveles medios asociados con pocas pruebas. Aparte de democracias que hacen pruebas y gobiernos autoritarios que no las hacen, hay gobiernos autoritarios que realizan pruebas —básicamente estados rentistas— y democracias que no hacen pruebas; las anocracias no suelen hacer pruebas. Las variantes entre frecuencia de pruebas también parecen ser parcialmente explicadas por el PIB per cápita y la efectividad gubernamental, pero sorprendentemente no están relacionadas con la duración de la pandemia en un país.