Alberto Bayardo Pérez Arce
El Dr. Alberto Bayardo es profesor-investigador adscrito a la Unidad Académica Básica de Política y Gestión Pública (UAB-PGP), del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos (DESOJ). Sus proyectos de investigación se centran en el poder legislativo, políticas públicas y derechos humanos.
¿Y la democracia?
En la película V de Venganza hay una secuencia en la que el personaje principal, V, le recuerda a la teleaudiencia de su país que, en medio del pánico causado por una guerra y una epidemia, la población aceptó la propuesta de un líder político que les ofreció orden y paz a cambio de su consentimiento obediente y silencioso, y en consecuencia ahora tenían que soportar la crueldad y la injusticia, la intolerancia y la opresión, sin quejarse ni exigir soluciones, como antes podían hacerlo.
Así, a lo largo de la película nos vamos enterando de cómo ese país fue renunciando a los contrapesos democráticos, dejando que se concentrara todo el poder en una sola persona y, paradójicamente, quienes lo habitaban vivían cada vez más inseguros, porque la arbitrariedad con la que se ejercía el poder favorecía a las autoridades que abusaban de él, en medio de la impunidad incluso si dañaban a alguien. Cualquier parecido con la realidad de México es producto de la historia, no de la casualidad.
¿Y el Congreso?
Recientemente, investigadores de la UNAM y del CIDE hicieron notar el hecho de que el Congreso de la Unión no está trabajando, y me atrevo a decir que la gran mayoría de la población no se ha dado cuenta de eso, lo que se explica en parte por el hecho de que la atención a la pandemia provocada por el Covid-19 ha hecho que pongamos los ojos en el Poder Ejecutivo y sus dependencias, como es lógico.
Pero el hecho de que casi nadie haya notado la ausencia del Congreso también puede deberse a que nuestra cultura política autoritaria nos acostumbró a considerar que sólo lo que hace el presidente es importante, y en todo caso lo que ocurra en el Poder Judicial, porque sabemos que lo más conveniente es no tener nada que ver con asuntos judiciales, porque siempre perderemos algo, aunque sea sólo tiempo.