Cultura de la ilegalidad
Las decisiones que tomamos en situaciones complicadas ponen de manifiesto qué es lo que consideramos más valioso. Esto es particularmente claro en el caso de quienes se dedican a la política.
En ese sentido, y siguiendo la reflexión de Bismarck, podemos asumir que López Obrador es un político más, y no un estadista, como sus seguidores quieren creer, porque sus decisiones están claramente enfocadas en asegurar el triunfo de su partido en las elecciones más inmediatas, haciendo lo que sea necesario, incluso violar la ley.